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4.1.12

Te conseguí la luz del sol a medianoche, el número después del infinito, e instale la osa mayor en tu diadema y tu seguías ahí como si nada. endulce la agua del mar para tu sed,  te alquilé un cuarto menguante de la luna, y como una buena perdedora busqué en la cama, las cosas que el amor no resolvía. acabé con tu jardines por tus flores, inventé la alquimia contra la autopía y he llegado a confundir con la ternura la lástima con la que a veces me miras; que triste es asumir el sufrimiento. patético es creer que una mentira convoque a los duendes del milagro, que te hagan despertar enamorado. y duele fingir que todo esta perfecto, mientras sientes que te duele.