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25.10.12

Si sale caminando del colegio no puede ir por avenidas porque la ponen nerviosa, generalmente se mete por paralelas a las avenidas, ama ir caminando por calles donde generalmente solo hay dos almas, donde hay muchos muchos arboles, va caminando muy tranquila y le encanta mirar para arriba, como quedan las hojas de los arboles con el cielo de fondo y el sol con esa luz tan brillante genera que se marea y luego se cae, o sino se termina mareando por el cigarrillo o dolores de cabeza  y también se cae. En general prefiere los días lluviosos, ama la lluvia, es una cosa que no lo puede evitar, igual mas que nada la ama porque le hace acordar a demasiadas cosas o simplemente es una peliculera y le hace a acordar a muchas películas de amor, con besos abajo de la lluvia, o no, o a canciones tristes, a apretones en un rincón  a mariposas en la panza, pero por sobre todas las cosas la calma, la puede hacer dormir, la tranquiliza y en especial ama escuchar el sonido de las gotas cuando caen y mas si caen despacito despacito glup glup algo así  Lo que no le gusta de la lluvia es que hay humedad entonces el pelo siempre lo tiene medio loco, pero bueno son detalles menores. Si va caminando y  ve alguna flor grande que le llame la atención la corta cuidadosamente, es más a veces se engancha tanto con el paisaje y las calles y el aroma del viento, los ruiditos de los pájaros  los pocos autos que pasan, se pasa de calle. Siempre va por Zapiola o muy pocas veces por Freire, cuando llega a Congreso se acuerda de que a dos cuadras de Zapiola vive su casi hermano, casi su mejor amigo se podría decir y sigue hasta llegar a Iberá o cuando se pasa termina en Juana Azurduy y se da cuenta que se paso unas tres cuadras. Pero cuando no se pasa, llega a Iberá y Zapiola y mira siempre a la derecha y ve el camino que hacia siempre para ir a la casa de no, nadie en especial otra historia mariposa, y después dobla a la izquierda hasta Crámer, cruza Crámer y mira siempre que hace la gente, como Crámer es una avenida siempre hay alguien haciendo algo, y ella siempre se fija en absolutamente todo lo que ve la gente, siempre ve al mismo señor en el vivero de la esquina viendo con antojo las flores nuevas, o el que sale del chino de al lado de su casa con miles y miles de bolsas, o los mecánicos que siempre la saludan. después si, esta a veces su portero, un pesado siempre le tiene que decir algo, un comentario una opinión y al fin cuando entra a su edificio cierra la puerta muy de golpe, y sube intentando no cruzarse a nadie. 

A las seis y media mas o menos, abre la cortina de su cuarto para ver como cae el sol y alumbra todo su cuarto con la luz naranja, eso si no esta durmiendo de sus siestas, las cuales le provocan demasiado mal humor pero bueno, no las puede dejar.
Al otro día a la mañana cuando sale va a la parada del 151 a esperar y esperar, mientras llega un flaco que viaja todos los días con ella, ya se conocen, pero ninguno sabe el nombre del otro, y cuando sube, nada se sube y espera hasta llegar de nuevo.